La historia de mi vida no es más que un largo viaje, desde lo que creía ser hasta lo que realmente soy. Es un relato de transición desde lo aparente a lo real. Esta historia no es pública, sino profundamente privada e íntima.

Soy discípulo de un poeta y un sirviente puro del Señor.

Fui iniciado en mi niñez espiritual por la luz de la luna. Me inspiré en una gaviota que más que ninguna otra cosa en la vida amaba volar.

Enamorado de lo imposible, atravesé el universo obsesionado por lo real. Anduve infinitos senderos, siguiendo las huellas de quienes vieron.

Soy un simple mediador que comparte su experiencia con los demás. No soy un guía, profesor, instructor, educador, psicólogo, iluminador, pedagogo, evangelista, rabino, posek halajá, sanador, terapeuta, satsanguista, psíquico, líder, médium, salvador o gurú, sino solo un caminante a quien puedes preguntarle sobre la dirección que buscas. Con gusto te señalo un lugar donde todo se calma al llegar… más allá del sol y las estrellas, de tus deseos y anhelos, del tiempo y el espacio, de los conceptos y conclusiones, más allá de todo lo que crees ser o imaginas que serás.

No es mi intención convencer a nadie de nada. No predico ni enseño, sino que solo pienso en voz alta. El eco de estas palabras puede conducir a ese infinito espacio donde todo es paz, amor, existencia, conciencia y dicha absoluta.

Escapa de la fama, porque la verdadera gloria no se basa en la opinión pública, sino en lo que eres en realidad. Lo importante no es lo que otros piensen de ti, sino tu propia opinión acerca de quién eres.

Elige la dicha en vez del éxito, la vida en lugar de la reputación, la sabiduría a la información.

Si tienes éxito, no conocerás solo la admiración sino también los verdaderos celos. Sin embargo, la envidia es el homenaje que la mediocridad le rinde al talento: tan solo una aceptación y una declaración abierta de inferioridad.

Te aconsejo volar libremente y jamás temer equivocarte. Aprende el arte de transformar tus errores en lecciones. Jamás culpes a otros de tus faltas: recuerda que asumir la completa responsabilidad de tu vida es un signo de madurez. Volando aprendes que lo importante no es tocar el cielo, sino poseer el valor para desplegar tus alas. Cuanto más alto te eleves, el mundo te parecerá más graciosamente pequeño e insignificante.  Caminando, tarde o temprano comprenderás que no importa lo que logres, desde un centavo hasta la misma iluminación… sin amor y sin Dios carece de todo valor. Creeme que en esta vida… solo Kṛṣṇa es suficiente. 

Soy solo un capricho y quizás un chiste del cielo y el único error de mi amado maestro espiritual.

Tu bienqueriente incondicional,

Prabhuji