Jñāna significa literalmente ‘conocimiento’, ‘sabiduría’, ‘comprensión’ o ‘cognición’, que se refiere a un conocimiento existencial. Los griegos denominaban epiginosko (ἐπιγινώσκω) a este poder revelador. La palabra yoga significa ‘unión’. Así, jñāna-yoga es en...
El sendero
El vedanta
El vedānta es una de las vías de liberación más antiguas de la humanidad. Es un sendero pluralista y universal, apto para todo ser humano sin discriminación alguna. El vedānta no puede ser catalogado de filosofía, escuela de pensamiento o sistema de creencias ya que va más allá de nuestras definiciones. Es un medio de conocimiento sistemático y estructurado que nos guía hacia la directa realización de nuestra auténtica naturaleza.
Los Vedas son las escrituras sagradas más antiguas que se conocen. Se transmiten generación tras generación tal como fueron revelados a los sabios védicos de la antigüedad. La porción inicial de los Vedas se refiere al karma y karmaphala, o las actividades y sus resultados. Sin embargo, todo resultado es temporal y perecedero. Por lo tanto, buenas acciones con buenos resultados pueden conducirnos al paraíso, pero dicho paraíso será inevitablemente perecedero. El vedānta se presenta en los upaniṣads, los cuales corresponden a la porción final de los Vedas. El término vedānta es una combinación de dos palabras: veda que significa ‘conocimiento’ o ‘sabiduría’ y anta, o ‘conclusión’. Por lo tanto, la palabra vedānta significa ‘la conclusión o esencia de los Vedas’.
Desde la perspectiva vedántica, Dios es infinitud, consciencia y bienaventuranza absolutas. Aunque a la consciencia como realidad impersonal se le denomina Brahman, también acepta a Dios personal asumiendo una forma en diferentes eras. Dios reside en nuestro corazón como Ātman o el Ser, el cual es eterno y trascendental a toda limitación o condicionamiento humano. Para el vedānta, el Ātman es uno con Brahman y el ser humano puede realizar a Brahman como su auténtica naturaleza. La realidad del individuo, del universo y de Dios es una única consciencia no dual, no objetiva, atemporal y pura. La consciencia es eterna e imperecedera y constituye la esencia de lo que somos, no lo que creemos ser.
Según el vedānta, la esencia de estas mismas verdades se encuentra en todas y cada una de las diferentes religiones. El Ṛg Veda Saṁhitā (1.164.46) declara enfáticamente: «Lo llaman Indra, Mitra, Vāruṇa, Agni y el Garutman de alas nobles celestiales. A lo que es Uno, los sabios le dan muchos nombres. Lo llaman Agni, Yama, Mātariśvan». Es decir que para el Ṛg Veda, a pesar de ser una, la verdad recibe diversos nombres. Los conflictos entre interpretaciones teológicas están más relacionados con sus dogmas y tradiciones que con la experiencia directa de sus profetas o fundadores. Las diferencias entre las organizaciones religiosas existen solo externamente. Sin embargo, en su esencia son prácticamente una. Cada religión constituye un sendero diferente y único hacia la misma realidad última.
Las principales tradiciones vedánticas son:
- Advaita: el no dualismo.
- Bhedābheda: la diferencia y no diferencia.
- Śuddhādvaita: el no dualismo puro.
- Tattvavāda (dvaita): el dualismo.
- Viśiṣṭādvaita: el no dualismo calificado.
En la actualidad, se han desarrollado nuevos estilos vedánticos que incluyen el neo-vedānta y el desarrollo de Swaminarayan Saṁpradāya. Aunque todas y cada una de las tradiciones del vedānta difieren en aspectos ontológicos, soteriológicos y epistemológicos, comparten lo básico y esencial. El vedānta, también denominado Uttara Mīmāṁsā, presenta las revelaciones contenidas en la literatura upanishádica. Todas las diferentes tradiciones vedánticas comparten un canon de textos revelados denominados prasthānatrayī, o ‘las tres fuentes’:
- Los upaniṣads.
- Los Brahma-sūtras.
- El Bhagavad-gītā
La mayoría de las escuelas del vedānta están relacionadas con la teología vaiṣṇava y ponen un énfasis especial en el bhakti, o ‘la devoción’. Por su parte, el Vedānta Advaita enfatiza el conocimiento o jñāna. Dentro de este contexto, no nos referimos solo al conocimiento intelectual sino al autoconocimiento. Se refiere al conocimiento trascendental de Dios porque la naturaleza de lo que realmente somos es divina.
