Jñāna significa literalmente ‘conocimiento’, ‘sabiduría’, ‘comprensión’ o ‘cognición’, que se refiere a un conocimiento existencial. Los griegos denominaban epiginosko (ἐπιγινώσκω) a este poder revelador. La palabra yoga significa ‘unión’. Así, jñāna-yoga es en...
El sendero
Raja-yoga
El rāja-yoga es el sendero que estudia y analiza la mente. Los Yoga-sūtras de Patañjali comienzan definiendo el yoga de la siguiente manera:
yogaś citta-vṛtti-nirodhaḥ
“Yoga es la cesación de la actividad mental.” (Yoga-sūtras 1.2)
Esta vía yóguica nos enseña a trascender la mente, con todos sus conceptos e ideas preconcebidas acerca de nosotros mismos, y a descubrir nuestra auténtica identidad más allá de toda conclusión mental limitada. Es un sendero que nos conduce desde lo que creemos ser hasta lo que somos en verdad.
Diversas teorías tratan de explicar el origen del término. Según una de ellas, esta vía yóguica se denomina rāja-yoga porque se considera que la mente es un rey —rāja en sánscrito— que preside todas las funciones del cuerpo. Eso es algo que también señala el Haṭha-yoga-pradīpikā (4.29):
indriyāṇāṁ mano nātho
mano nāthas tu mārutaḥ
mārutasya layo nātaḥ
sa layo nādam āśritaḥ
“El director de todos los sentidos es la mente, el rey de la mente es la respiración, laya o la disolución es el rey de la respiración y laya es dependiente del sonido interior nāda.”
También se considera que el término indica que este sistema nos transforma de esclavos de la mente en reyes de nosotros mismos. Vivimos como sirvientes de nuestra mente satisfaciendo sus demandas de manera constante. El rāja-yoga nos conduce a la realización de que, en realidad, no somos súbditos de ella, sino sus reyes o maharajás.
Según otra interpretación, el rāja-yoga recibe ese nombre porque es el rey de los diferentes yogas y de toda sabiduría:
rāja-vidyā rāja-guhyaṁ
pavitram idam uttamam
pratyakṣāvagamaṁ dharmyaṁ
susukhaṁ kartum avyayam
“Éste es el rey de toda sabiduría y el soberano misterio. Es puro y excelente. Es posible de ser experimentado directamente, acorde con el dharma, imperecedero y fácil de ejecutar.” Bhagavad-gītā (9.2)
No deja de sorprender la importancia primordial que la literatura védica otorga a la mente, hasta tal punto que, en muchas de las obras que la componen, se habla más de la mente que de Dios.
El rāja-yogī va transformando gradualmente la mente en un verdadero laboratorio donde, a través de la observación e investigación de su movimiento psíquico, llega a convertirse en un alquimista del contenido mental. Adentrarnos en este aspecto del yoga significa profundizar y conocernos a nosotros mismos.
En la medida en que permitamos que esta sabiduría toque nuestras vidas, nos veremos implicados en un proceso integrador y holístico que incrementará la coherencia entre nuestros sentimientos, pensamientos y acciones. Eso implica no sólo conocimiento teórico, sino también profundos cambios de índole existencial. Así pues, no estamos hablando tanto de información como de transformación. En ese sentido, también se puede afirmar que, a diferencia del conocimiento, la sabiduría compromete nuestra manera de vivir.
Hay quienes denominan a esta sabiduría “psicología yóguica”, ya que se ocupa de la mente al igual que la psicología occidental, aunque la diferencia entre una y otra es radical. Mientras la psicología occidental trata de armonizar nuestra mente con la sociedad, y el entorno, conduciéndola al estado considerado “normal”, la intención del rāja-yoga es supranormal, porque aspira a ir más allá de la mente, trascendiéndola completamente. Por lo tanto, aunque en esencia se refieran a lo mismo, existe una diferencia básica de intenciones y expectativas entre ambas.
Ningún método o disciplina ha alcanzado semejante grado de precisión, en su análisis de la mente humana y de sus intrincadas actividades, como el rāja-yoga. Esta antiquísima sabiduría sostiene que lo que somos una realidad trascendental a la mente. El rāja-yogī observa, estudia, contempla, conoce y, finalmente, va más allá de la mente.
(Un extracto de los escritos de Prabhuji)
