Filatelistas se deleitan al observar estampillas. Sentarse frente a un sello que llama nuestra atención puede ser una experiencia conmovedora. La filatelia meditativa profundiza en la experiencia de observación de estampillas.
El sol ilumina el interior de nuestras casas, sin que este se encuentre dentro de nuestros hogares. Su luz nos permite observar las paredes, adornos, muebles y personas en el interior de nuestros cuartos. Asimismo, aunque la luz de la conciencia no forma parte de la experiencia, esta ilumina todas y cada una de ellas. Toda experiencia cuenta con el elemento cognitivo que conoce o sabe la experiencia. Los seres humanos nos referimos al elemento cognitivo conocedor de nuestras experiencias como «yo». Cada uno de nosotros sabe que es el único conocedor de sus propias experiencias. Al investigar el «yo», descubrimos que este no es «algo» o «alguien» sino que se trata solo del elemento cognitivo que conoce cada experiencia. Dicho elemento cognitivo que conoce cada experiencia es solo «saber». Se trata de la luz de la conciencia, la base o fundamento mismo de toda experiencia. Lo que realmente somos es la luz del conocer o saber. Es el lugar o espacio donde cada experiencia tiene lugar, con lo cual toda experiencia es conocida o sabida y la sustancia misma de toda experiencia.
Es posible remover cualquier objeto de nuestras experiencias y estas continuarán existiendo como tales. Podemos removerlo todo, incluso el sello, y dejar la experiencia completamente vacía de contenido. Entonces, diremos que no hay absolutamente nada. Pero si fuera posible extraer de la experiencia solo el elemento cognitivo de esta, sería imposible imaginar lo que permanecería. Si se pudiera extirpar solo el conocer o saber de la experiencia, que es la base misma de esta, no habría experiencia. Porque incluso para decir que no permanece absolutamente nada se necesita la presencia del elemento cognitivo de la experiencia. Incluso si se desea decir que experimentas nada, necesitas ser consciente de ello. En realidad, la luz de la conciencia o el conocer la experiencia es lo único que realmente es. La luz de la conciencia o el saber la experiencia jamás puede conocer nada aparte de sí mismo. Todo lo que existe es conciencia infinita y todo lo experimentado es esa misma conciencia en diferentes tonalidades, al igual que el agua, el hielo, la nieve, el vapor, y demás, son solo agua en diferentes temperaturas. Jamás ha existido un objeto con una existencia independiente de la conciencia.